jueves, 1 de septiembre de 2011

LA TARDE GRIS DE LOS GATOS.


Esta tarde desde mi ventana no sale el sol, pero cae un agua de verano casi bendita, casi, porque lo de bendito suele ser siempre solo para unos pocos. Lo que si es, es una tarde oscura, llueve enfadado el cielo. Después de un agosto de pueblo de verano, esta agua cae un día uno, anunciando el mes.

Observo los tejados mojados, corre un aire frío que silva y me inunda el cuerpo, es agradable después de días de calor, huele a lluvia, hacía tiempo que mi habitación no se llenaba de este olor a agua recién llegada, echo de menos los gatos que vagabundean normalmente por los tejados. Son increíble los gatos, ¿os habéis fijado?…. andan como libres, sin miedo, seguros, elegantes, incluso cuando una gata le niega el cortejo u otro gato le hace sangrar de una manotada el ojo, en la lucha por el celo de una guapa felina, ellos se van doloridos pero dignos y será por eso que no pierden esa forma de andar, esa silueta de libertad, me recuerdan a esa canción de piratas: “ Nos gusta la pelea, no importa la victoria, quiero sentir la piel”.

Estamos tan lejos de los gatos, saltan de casa en casa, nosotros vendemos nuestras vidas por un pequeño rincón techado y ya no nos movemos de él, hasta que el banco nos lo quita o esa fiel acompañante que nos acompaña toda la vida, esa que llega en un momento y decide que ya has vivido lo que tenías que vivir y te lleva con ella, nadie sabe a donde (y a esto que la acompañante no avisa, puede ser mañana o dentro de 60 años) . Tu casa se queda solita, oscura, triste, algunas incluso se mueren también con el paso de las lluvias y del descuido de la ausencia de su dueño, pero bueno, hablando de las costumbres de los gatos, se tumban cuando se sienten cansados o tienen ganas de tomar el sol, se quieren, se lamen, dicen que para limpiarse. Fíjense que se cuidan, por que se lamen a cada rato, los he visto, tumbados sin toalla, claro, sentados a lo calentito, apreciando lo que hoy no tienen.

Donde estarán ahora que el cielo se desahoga.... solitarios, mezclándose entre los colores de las tejas… pero sin embargo también es verdad que muchos andan en pareja, estos estarán refugiados uno al lado del otro, mirando esa agua extraña que cae del cielo de vez en cuando. En algún lugar en lo alto…. Ellos, como si supieran que tampoco es tan bueno tener siempre los pies en el suelo; que hay humanos y cosas que corren sobre círculos de goma y no perdonan que estén en el lugar equivocado en la hora equivocada, los condenan a muerte. También es posible que al ser todo gris y con lo pequeños que son, se vean como en una jaula enorme, un mundo en los que ellos no se reconocen y sin embargo los tejados deben de ser para ellos, como el desierto para los Tuareg, o el Amazonas para los Yaguas, su sitio, donde ellos se sienten mas gatos, mas pájaros, donde pueden ver el horizonte, y es verdad que eso te haces sentir libre, sin límites, sin barreras que se puedan encontrar en el suelo, una pared, una alambrada, una patada de un vecino malhumorado.... pero no os creáis que en el tejado todo es mejor, no. Los tejados también tienen sus peligros, hay gente que no les gustan los gatos y les engañan poniendo un poco de comida en sus patios con veneno y ellos pobres comen bendiciendo eso que alguien a puesto apiadándose de la poca y mala comida que hay en estos tiempos para los mundos gatunos, y es cierto que pasa, yo conozco casos, pero nunca sé, que vecino antigato puede ser; por que todos parecen buenos, van a misa y sacan al santo todo los años y los hijos de dios tienen un mandamiento que dice no matarás por lo tanto me es difícil saber quien es… Yo la verdad no creo mucho en dios, mi abuela la pobre con 7 hijos y con su trabajador marido en Suiza (eran los años del viva España), mandando lo poco que ganaba, mi abuela todos los días le pedía a Dios que le ayudara, sobre todo cuando mi padre se quedo discapacitado de una pierna por que no tenían para pagar al medico el tratamiento para una enfermedad que se llamaba el Polio que causaba parálisis. Así que, como dios no intervino, mi padre quedo minusválido de una pierna.

Otra cosa que también les puede pasar es que un mal posicionamiento de una de las cuatro patas puede ser una fisura o un roto de hueso, o incluso si están muy altos, y si han gastado ya las seis vidas puede ser la muerte, ¡es verdad que hasta ahora no me había acordado¡ ¡Que los gatos por alguna extraña razón tienen siete vidas!, que maravilloso, ¿eh? Cuantos quisiéramos ese privilegio, ni los semidioses en Grecia tenían ese lujo, pero, ¿a que se deberá esa fantástica resistencia a la muerte?, será que no la tienen miedo y ella les dotó de ese privilegio, o quizás también puede ser, eso que dicen mucho algunos médicos, que los niños resisten mejor la muerte porque tienen mucho que vivir y las ganas de vivir ganan a la condena de morir, no lo sé….. Pero seguro que algo tiene que ver con que anden así, como libres, sin miedo, seguros, elegantes.

Ya ha dejado de llover, el silencio vuelve y se aloja entre el gris del día uno, ya salen otra vez, mira, una preciosa felina blanca y detrás uno negro, van juntos, blanco y negro que bonita pareja... como veis me fascinan los gatos y la libertad por los tejados.

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